Técnica facilitada por:
La presente técnica
de meditación tiene la finalidad de hacernos conscientes del Gran proceso
iniciador al que nuestro Universo se ha visto imbuido, en su proceso
ascensional, gracias a la fuerza del crecimiento de todos los Corazones que
compartimos cada espacio cósmico, el Gran Útero que a modo de seno nos acuna,
animándonos a que todos evolucionemos. Tras esta importante iniciación, cuyas
consecuencias son la apertura a la más mágica y sagrada unión del Ser que
representa la Raza Única Humana, el deseo más intenso que la Madre Divina
tiene, y tras la activación de la
trinidad en los tres planos de manifestación, la unicidad estará más presente
que jamás antes, siendo este sentimiento, quien rija a partir de ahora en el
Universo. La cohesión en una única mónada humana y la unión de todos los reinos
de la naturaleza, cuyo resultado es el reino arco iris, es el Ser Único, es el
Gran Ser, es la propia finalidad universal, trae consigo la consciencia de
nuestro cuerpo de Luz, este cuerpo cuyo eje central es lo profundo de todo
Corazón anclado en su propio poder personal, es el exponente máximo a través
del cual todos nosotros vamos a respirar y alimentar la vida. Es el Cuerpo de
Luz, la expresión manifestable del Espíritu de la Nueva Humanidad.
(pausa)
Comenzamos…
Nos colocamos en
nuestro espacio sagrado. Cerramos los ojos. Relajamos el cuerpo, comenzando por
las extremidades, tronco y cabeza. Nos conectamos con nuestro ritmo de
respiración y con nuestro Corazón Sagrado. Sentimos como nuestra esfera de
conciencia, penetra dentro del Corazón, abriéndose paso lentamente. Solicitamos
la presencia de nuestro Séquito de Luz y visualizamos como nos acompañan estos
magníficos seres en este precioso y mágico viaje…
Un increíble y
poderoso haz de luz aparece proyectado desde lo más elevado de nuestro Ser y se
instala asimismo en nuestro corazón. Es la voluntad de nuestro Ser Superior.
Continuamos
conectados al ritmo de nuestra respiración. Ponemos toda la intención en
relajar todos los músculos del cuerpo, y entrar en un estado de total
relajación…
Seguimos respirando,
concentrados y en silencio, para alcanzar un estado de meditación profunda….
Respiramos energía
universal y la conducimos por todo nuestro Ser. Todas nuestras células se
llenan de energía universal. Hacemos una
revisión por todo nuestro cuerpo, comprobando que está totalmente entregado a
la meditación. Nos conectamos con la sutileza de todos nuestros campos
energéticos. Cada vez somos más energía y menos materia…
En el interior de
nuestro Corazón Sagrado permanecemos sintiéndonos inundados por intensas
oleadas de Amor que recorren todo nuestro Ser, es el abrazo de Dios
Padre/Madre…
(pausa)
Una perfecta esfera
de Luz nos rodea…
Estamos ahora dentro
de una burbuja en cuyo interior se encuentra nuestra esencia. Es una burbuja de
colores. En ella hay un éter de tonos violáceos y plateados que nos impregna… Sentimos
como ese éter penetra todas nuestras células. Y acto seguido, sentimos como la
burbuja se eleva…
Muy lentamente. Es
tan ligera que cada vez se eleva con más rapidez…
Sentimos como nos
alejamos del Planeta. Estamos saliendo de la atmósfera. Estamos en paz… somos
conscientes de estar viajando a través del Cosmos.
Tomamos conciencia
de que vamos a un lugar en el que el Amor… Es, Todo lo que Es…
Sentimos como pequeñas
oscilaciones nos mecen. Son pequeñas brisas de aire. Continuamos elevándonos…
Ahora de repente, un
inmenso haz de Luz incide en nuestra burbuja. Es un haz de Luz procedente del Sol
Central, del mismísimo Corazón de Alcyone… En cuanto la Luz de Alcyone da en
nuestra esfera, sentimos una gran atracción, sentimos el impulso y la dirección
de ir hacia ese Sol…
Él es nuestra meta y
nos entregamos a ello…
Una vibración, un
sonido muy especial, está surgiendo de este Corazón, podemos ver perfectamente
los haces de luces que se desprenden de este núcleo. La velocidad aumenta y la
vibración igualmente. Casi sin esperárnoslo, aparecemos en una especie de lugar
de silencio, en el que nos acoge la más exultante plenitud de Amor y de Paz…
A nuestro alrededor,
de forma circular, se despliegan infinitos haces de luces… Entre ellos forman
un entramado geométrico de tal magnitud, complejidad y belleza, que no podemos
evitar sentir la mayor explosión de Amor, jamás sentida en nuestro Corazón…
Preciosos mandalas,
cuyo sonido y movimiento entretejen una visceral fuerza cargada de las más
bellas e imaginables intenciones, nos envuelve, se trata de un entrañable Ser
Cósmico, cuyo nombre es Hemial y este lugar en el que nos encontramos, su Hogar.
Su labor es la de sostener en absoluta fidelidad y constancia los más elevados
sueños que surgen del mismo Corazón de la Alianza de Dios Padre/Madre.
Él, este Hijo
procedente de la Divina Providencia, va a ser quien otorgue el diseño del
Cuerpo de Luz de la Humanidad…
Permanecemos
observando y sintiendo como nuestro campo energético se transforma al ritmo que
Hemial ejecuta el diseño. Podemos sentir las bellas oleadas de Amor que nos
imprime y como los mandalas que se desprenden de su aura, con todos sus colores
y con toda la geometría sagrada, van a integrarse en cada uno de nosotros, atraídos
por la resonancia, con el más profundo deseo que desprende nuestra Conciencia,
alcanzado este momento…
Sentimos como cada
fracción penetra en nuestras células, como nuestras fases algorítmicas del adn
se reordenan, para desarrollar la finalidad del Propósito Divino. Sentimos como
la Providencia vela todos los días por nosotros y como a cada uno nos entrega,
lo más puro de nuestra esencia, ese preciado tesoro, que vamos a poner al
servicio del Todo, desde nuestra más humilde realidad.
Respiramos profundamente
este sagrado instante y disfrutamos del momento…
(pausa)
Ahora debemos continuar…
Nuestro Séquito de
Luz, nos indica que tenemos que acceder al precioso Puente, ese que desde
Alcyone, nos va a conducir hasta la Nueva Tierra, el Planeta Hetram.
Ante nosotros
aparece el puente por el que fluyen todos los colores, entusiasmados, caminamos
sobre él. Se trata del puente arco iris. A cada lado del camino, podemos observar
como simpáticos enviados angelicales nos reciben y dan la bienvenida.
Nuestro Cuerpo de
Luz, vibra con intensidad, lo podemos visualizar como una preciosa flor hecha
de cuatro grandes pétalos con forma de corazón, en cuyo centro vibra la más
hermosa flor, jamás conocida. Produce tal latido, que el aroma, los colores y
la música que desprende dependen de la propia esencia y diseño. Conscientes de
nuestro nuevo cuerpo, advertimos que jamás volveremos a ser los mismos de
antes, pues todo nuestro cuerpo inferior se ha entregado a lo superior, ha
muerto definitivamente, ya no existe.
Al final del puente,
podemos sentir a un magnífico Ser que nos recibe encantado y lleno de Amor,
deseoso de abrazarnos. Se trata de Christo, el encargado de conducir a la
Humanidad a buen puerto. Anclados en su conciencia, ahora lo podemos ver con
total claridad, Él es la mayor expresión de la Conciencia que ha alcanzado la
Humanidad, tras su ascensión.
Desde donde nos
encontramos podemos observar al resto de seres humanos y otros seres vivos como
también acceden con sus cuerpos iluminados y a través del puente arco iris a
Hetram.
Christo, orgulloso y
alegre, nos abre la puerta, podemos observar como una lágrima de Amor se
desprende de sus ojos. Los que allí nos encontramos, nos sentimos plenos, pues
sabemos que lo hemos conseguido, que ahora pertenecemos a la Nueva Raza
Cósmica.
Cruzamos la puerta…
En cuanto la
atravesamos sentimos como nuestra energía se funde con la de la conciencia del
nuevo planeta. Comienza una vida más elevada.
Escuchamos una
amable voz que nos dice: Bienvenido y bienvenida seas…
Con nuestro Cuerpo
de Luz activado, disfrutamos de la bienvenida que la bella Hetram nos ha dado…
(pausa)
Poco a poco, a
través del asentamiento en nuestro cuerpo de Luz, sentiremos formar parte de la
Raza Cósmica, nuestra verdadera forma de manifestación. Cuyo principal
potencial es la mayor forma de expresión de Amor, que jamás antes la Humanidad
logró alcanzar. La convivencia de la nueva Familia Cósmica, está basada en el Amor,
el respeto y la consciencia, en esta raza sólo existen efluvios de Amor que se
comparten desde el Corazón, ya no hay lazos de ningún tipo. Sentimos la gran liberación
y colocamos la clara intención en nuestro Corazón de alcanzar y manifestar la Creación
de esta nueva existencia.
Sentimos
profundamente el propósito…
Nuestros guías nos advierten
que es el momento de regresar…
Desde el bello
paraje en el que nos encontramos, un conocido vórtice energético aparece ante
nosotros…
Lentamente
penetramos en él. Sentimos como nos absorbe con la intención de devolvernos a
nuestro cuerpo físico…
Nos hacemos
conscientes de cómo la esfera de Luz, en la que hemos viajado, aparece de nuevo
en el Cosmos, esta vez en dirección al Planeta Tierra…
No podemos
perdernos…
Hemos descendido en
innumerables ocasiones…
Sentimos como
ingresamos en la atmósfera…
Y somos atrapados
por la fuerza de la gravedad…
Poco a poco, damos
con nuestro cuerpo denso… Y nos conectamos a él… Movemos los dedos de los pies…
Los dedos de las manos… Y lentamente… Abrimos los ojos…
TEMPLE INANNA
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